martes, 9 de octubre de 2012

Testimonio de Enara Rodríguez

Enara Rodríguez volvía de hacer una visita a su hermano cuando....



El viernes día 28 de Septiembre, (...) aproximadamente a las 18:30 de la tarde, cuando circulaba por la Autovía A-12 (autovía que va desde Logroño hasta Iruñea) un vehículo realizó una maniobra de adelantar mi vehículo, pero se quedo en el carril de la izquierda a la altura de mi coche. Al ver, que no adelantaba, aumente la velocidad, el coche de la izquierda también aumento la velocidad, entonces disminuí la velocidad y el coche también la disminuyo. El vehículo estaba ocupado por dos hombres.

A la altura de la salida de Arroniz, el coche empezó bruscamente a invadir mi carril, obligándome a tomar la salida, sino quería que me golpeasen. Tomé la salida a gran velocidad y perdí el control del vehículo dando 3 vueltas (girando sobre el vehículo). Recupere el control del coche e intenté proseguir el camino. Sin embargo, todavía muy asustada, me temblaban las piernas y al no ser capaz de seguir conduciendo, me detuve al lado de la carretera con el fin de tranquilizarme.

Cuando trataba de tranquilizarme apareció nuevamente el coche, y mientras que uno de ellos se puso delante del coche, para que no pudiera avanzar, el otro hombre se puso al lado, dando golpes en mi cristal y gritándome cosas como por ejemplo “puta zorra! bájate ya del coche!”. Yo me encontraba muy asustada y les dije que no tenia ninguna intención de salir del coche, que me dejasen en paz y que se fueran. Entonces, me enseñaron una placa de la policía y me llamaron por mi nombre. Creo que era la placa de la Policía Nacional.



Uno de ellos, el que estaba al lado de mi ventana y el que se dirigía a mi en todo momento, pareció tranquilizarse y me requirió la documentación, así como que me tranquilizara y me bajara del coche. Finalmente baje la ventanilla del coche para entregarles la documentación, el hombre metió el brazo rápidamente y abrió la puerta, y tirándome del pelo me lanzó al suelo. Encontrándome en el suelo, uno de ellos me pisaba fuertemente para que no pudiera levantarme.


A partir de ese momento se incrementaron los insultos, las amenazas y la violencia. Mientras me encontraba en el suelo, uno de ellos me pisaba para que no pudiera levantarme. Me encontraba muy asustada y les gritaba que me dejasen en paz, les preguntaba, que ocurría, que por qué me habían echado de la carretera, qué querían de mi.


Me gritaban en todo momento, decían que habían vuelto para comprobar si estaba muerta y si había una zorra menos. En todo momento utilizaban mi condición de mujer para amenazarme, insultarme y humillarme. Me amenazaban con violarme. En un momento, pude levantarme del suelo, el que estaba detrás me cogió de los brazos y me inmovilizó agarrándome los brazos por detrás, como si estuviera esposada. Me agarraba tan fuerte que me hacía mucho daño en las muñecas, (luego pude comprobar que tenía quemaduras en la muñeca izquierda). Entonces, me empezó a tocar el culo y el que en todo momento se dirigía a mi y se encontraba delante, me empezó a tocar los pechos. Yo, intentaba en todo momento escapar de mis agresores, eso les enfurecía aun más, y me agarraron del cuello. Gritaban todo el rato “eres una zorra valiente, ya veremos, si después de violarte si sigues igual”. Me lanzaron al suelo de nuevo, y empezaron a dar datos sobre mi vida, mi trabajo, mis amigos... Estaban muy alterados, y realmente pensé que me iban a violar.


Entre ellos también gritaban y empezaron discutir qué iban a hacer conmigo, Al final, me levantaron del suelo y agarrándome del cuello me dijeron ”vamos a jugar a un juego, te damos 5 minutos de ventaja, métete en el coche, y corre todo lo que puedas, si te volvemos a ver en la autovía no lo cuentas!”. Salí corriendo, arranqué el coche, y empece a conducir a mucha velocidad, estaba aterrorizada. Transcurridos diez minutos, reaccioné, y pensé que no podía seguir conduciendo a tal velocidad y tan nerviosa, que al final iba a tener un accidente, y pensé que era eso lo que ellos querían, que tuviese un accidente sin la “participación” de ellos. Me detuve en una gasolinera. No podía creer lo que había pasado, estaba muy asustada y aterrorizada.

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